Aunque técnicamente no son insectos, los ácaros se confunden a menudo con las chinches debido a su pequeño tamaño y a su presencia en los hogares y sus alrededores.
Los ácaros son increíblemente pequeños, y la mayoría de las especies miden menos de 1 mm de longitud.
Por esta razón, normalmente no se pueden ver a simple vista.
Estos arácnidos tienen diversas formas corporales, dependiendo de la especie.
Por ejemplo, algunas pueden ser muy alargadas, mientras que otras pueden tener forma redonda u ovalada. Su coloración también varía, de translúcida a marrón y de negra a marrón rojiza.
Algunas especies de ácaros son parásitas y pueden infestar a seres humanos o animales, causando diversas afecciones cutáneas, pero otras pueden encontrarse en el suelo o en las plantas.
Muchas especies de ácaros no pican a los humanos. Pero algunos, como el ácaro del picor, pueden provocar picores intensos y erupciones cutáneas.
Cómo distinguir los ácaros de las chinches de la cama
En primer lugar, y lo más importante, los ácaros son tan pequeños que es posible que no pueda verlos sin una lupa.
Miden menos de un centímetro de largo, mientras que las chinches son mucho más grandes, de 5 a 7 mm.
Los ácaros también tienen formas variadas, no sólo ovaladas.
También los hay de varios colores. Cabe destacar que la mayoría de los ácaros no pican a los humanos, mientras que las chinches necesitan sangre humana para sobrevivir.